Migración de jóvenes hacia las ciudades y el abandono de los pueblos, inciden en el desarrollo y traspaso de prácticas ancestrales según investigaciones de LabAncestral
- “No todo está perdido, existe un segmento de jóvenes que, sí se interesan por su cultura y por la preservación de sus tradiciones y muchos agricultores mayores que les interesa que exista una continuidad de lo que aprendieron de sus abuelos y padres”, Héctor Solorzano, encargado del diseño y aplicación de instrumentos cualitativos de LabAncestral.
Nodos Laboratorio Natural del Desierto de Tarapacá , esun proyecto perteneciente a la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y adjudicado por la Universidad Arturo Prat, el cual pretende catastrar, conocer y reconocer, las técnicas de producción utilizadas históricamente por las comunidades ancestrales y rurales de la provincia del Tamarugal. Este trabajo se ha ido realizando mediante talleres participativos y salidas a terreno por parte de los investigadores, con el fin de entrevistar a personas pertenecientes a las comunidades y así obtener la información necesaria para desarrollar el proyecto.
Según el encargado de concepto de prácticas ancestrales Héctor Solorzano, las experiencias en terreno han sido satisfactorias en las distintas comunas. “Les ha interesado hablar de los temas, del desarrollo agrícola y su producción, de la posibilidad de laboratorios naturales, de la unión entre prácticas ancestrales y conocimiento científico, de los aportes que puede haber desde la ciencia hacia ellos, y desde las comunidades hacia el trabajo universitario. Estamos contentos con el nivel de la discusión y con la información que nos han otorgado.
Rescate de prácticas ancestrales
Los laboratorios naturales son proyectos dinámicos, esto quiere decir que no solo involucran a la UNAP o al norte del país, puesto que existen variados laboratorios desarrollándose de norte a sur. “Hay cierta estandarización en la definición de laboratorio natural, existen aspectos particulares que tienen que ver con cada territorio y región, en nuestro caso LabAncestral, tiene la presencia de comunidades indígenas. Sello con el que los otros laboratorios no cuentan -ellos trabajan solo con biodiversidad o naturaleza-, mientras que nosotros tenemos un área cultural de la cual hacernos cargo”, comenta el sociólogo.
Para el equipo de investigadores, no es posible considerar toda la naturaleza de la provincia del Tamarugal sin considerar a las comunidades indígenas, ellas son clave para poder conocer y rescatar las prácticas que han desplegado desde tiempos muy antiguos.
Las nuevas generaciones ¿quieren preservar estas prácticas?
Nos hemos encontrado con un fenómeno transversal a las comunidades, que es un conflicto generacional, que tiene que ver con la migración de las personas más jóvenes hacia las ciudades y el abandono de los pueblos, lo que ha hecho de alguna manera perder un poco el desarrollo de estas prácticas o traspaso de las mismas. Otro fenómeno asociado con esto es que el rango etario actual de los agricultores es alto, que circunda la tercera edad.
No está todo perdido, hay un segmento de jóvenes que si se interesan por su cultura y por la preservación de sus tradiciones, hay muchos agricultores mayores que les interesa que esto no se pierda y que exista una continuidad de lo que aprendieron de sus abuelos y padres, es tal vez una minoría, pero que está convencida de querer sostener este tipo de prácticas. “Yo diría que estas prácticas no están en peligro de desaparición, tal vez están en un proceso de particularización o especialización», agrega Solorzano.
Estamos en buenos términos para poder desarrollar este laboratorio a la usanza antigua, con la colaboración de la ciencia para innovar en algunas prácticas, pero manteniendo la base ancestral.